

Animales

Araña
Según la mitología grecorromana, Aracne era una joven muy famosa por tener gran habilidad para el tejido y el bordado, pero también tenía un gran defecto: era demasiado orgullosa y se jactaba de ser mejor que la mismísima Atenea (Minerva en la mitología romana), diosa de sabiduría y la guerra además de la artesanía.
Un día, una anciana entró en su taller y elogió sus telas, pero, ante la respuesta orgullosa de la muchacha, esta le advirtió que se comportará mejor con la diosa y le aconsejó modestia.
Aracne ignoró los consejos de la anciana y le respondió con insultos. Atenea montó en cólera y se descubrió ante la atrevida joven iniciando la competición. La diosa tejió un tapiz bordado con un dibujo que exaltaba el poder de los doce dioses principales del Olimpo. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios ejemplificando las terribles derrotas que sufrían los humanos que desafiaban a los dioses.
Por su parte, Aracne tejió un velo representando lo peor de los dioses: aparecían Zeus convertido en toro para engañar a Europa, Hermes robando las vacas de Apolo, Crono comiéndose a sus hijos. Su propósito era dar a entender que los dioses no eran mejores que los humanos.
La obra era perfecta, pero Atenea, encolerizada por el insulto hecho a los dioses, tomó su lanza, rompió el maravilloso tapiz y le dio un golpe a la joven. Aracne, comprendiendo el error que había cometido al tratar de enfrentarse a una diosa, se sintió tan avergonzada que deseó morir ahorcándose. Al final, Atenea se apiadó de ella y le salvó la vida convirtiéndola en araña, transformando la cuerda que antes le rodeaba el cuello en un finísimo hilo de seda que le salía del vientre. Y así, Aracne se pasó el resto de su vida tejiendo finas redes de seda, ascendiente de lo que ahora conocemos como arañas, ya que su nombre procede del griego clásico ἀράχνη (arachne), que significa araña.

Basilisco
La palabra basilisco viene del griego βασιλίσκος (basiliskos: pequeño rey) y se refiere a una serpiente de la mitología griega que podía matar con su mirada. Lleva ese nombre pues tenía una marca blanca en forma de corona en su cabeza. Según algunas antiguas leyendas, se contaban historias feroces contra la bestia. Por ejemplo, se dice que el gran Alejandro Magno derrotó a un basilisco. Y en otras leyendas se contaba que el basilisco vivía en el desierto, fruto de su devastador paso rompiendo las piedras. Quemaba las cosechas, envenenaba el agua, secaba el fuego, y enfurecía a los habitantes que se percataban de su presencia.

Caballo de mar
El nombre de hipocampo se debe por su parecido con los caballos. La etimología de esta especie es la combinación del griego hipos, caballo, y kampos, curvado. El poeta griego Homero en la Iliada, cuenta cómo el dios de los mares, Poseidón, utilizaba a estos hipocampos para tirar de sus carros. Unos carros que, por cierto, eran capaces de caminar sobre la superficie del mar. Tal era la fuerza de este ser marino que los carruajes no penetraban en las profundidades del líquido elemento. No en vano, no solamente tenían como misión tirar de los carros de Poseidón: en algunas ocasiones podían llegar a actuar como seres con una gran humanidad hasta el punto de rescatar a aquellas personas que se adentraban en los mares y eran tragados por sus aguas.

Cigarra
El mito griego cuenta que Titono era un mortal de belleza deslumbrante, por lo que la diosa Eos, diosa del amanecer, se enamoró de él. Esta misma fue la que pidió a Zeus la inmortalidad de su amado, pero a la diosa se le olvidó pedir también la juventud eterna, de modo que Titono fue haciéndose cada vez más viejo hasta convertirse en cigarra. Desde entonces cada vez que Eos se despierta por la mañana y llora, produciendo el rocío con sus lágrimas, Titono se alimenta de las mismas. Y cuando le preguntan qué desea, responde en latín: Mori, mori, mori, que significa estar muerto.
Otro mito conocido sobre la cigarra es aquel que relata cómo en otros tiempos, antes de que existieran las Musas, las cigarras eran hombres. Pero algunos de ellos quedaron tan cautivados por las Musas, que se pusieron ellos mismos a cantar ininterrumpidamente, hasta el punto de olvidarse de comer y de beber, por lo cual pasaron de la vida a la muerte sin siquiera darse cuenta. Sin embargo, se originó en ellos la especie de las cigarras, que recibieron de las Musas ese don de no necesitar alimento alguno desde que nacen y, sin comer ni beber, no dejan de cantar hasta que mueren.

Cisne
Leda, una de las mujeres seducidas por Zeus y esposa del rey Tindáreo de Esparta, mientras caminaba un día junto al río Eurotas, se encontró con un cisne que escapaba del ataque de un águila. Tras haberlo protegido, se dejó seducir por este, que no era otro que Zeus transformado en ese animal. Esa misma noche Leda se unió también a su esposo.
Después de estas dos uniones nacieron dos huevos: de uno salieron Pólux y Helena, hijos de Zeus y por lo tanto inmortales; del otro, Cástor y Clitemnestra, hijos mortales de Tindáreo.

Golondrina
Según la mitología griega, Filomela era hija del rey de Atenas, Pandión, y tenía una hermana conocida como Procne. El marido de Procne era el héroe Tereo de Tracia, y tuvieron un hijo llamado Itis. Esta última deseaba volver a ver a su hermana, así que convenció a su marido para que le permitiese verla de nuevo. La juventud y la hermosura de Filomela desataron la pasión de Tereo y cuando llegaron a Tracia la violó. Además, para que Procne nunca se enterara de lo que había hecho, le cortó la lengua y la encerró en una prisión en el bosque. Luego le dijo a Procne que su hermana había muerto.
Filomela entonces decidió emprender su plan para vengarse, tejiendo sobre un lienzo la historia de su vida, que hizo llegar a su hermana cuando acabó. Así fue cómo Procne se enteró de que su hermana todavía vivía y la rescató, llevándola a palacio. Mataron al hijo de Procne como venganza, lo cocinaron y se lo dieron de comer a Tereo. Al acabar este y reclamar la presencia de su hijo, Procne exclamó "tienes dentro a quien reclamas" y Filomela irrumpió con la cabeza de Itis. Tereo inició la persecución de las asesinas, pero Zeus los transformó en tres aves: a Tereo en abubilla, y a ellas, en aves más pequeñas: a Filomela en ruiseñor y a Procne en golondrina.

Hidra
La palabra hidra significa en griego serpiente de agua.
En la mitología griega, la Hidra de Lerna era un monstruo del inframundo con forma de serpiente de múltiples cabezas. Hera, impuso a Hércules, el reto de afrontar doce difíciles pruebas, los doce trabajos de Hércules, de los cuales, el segundo era vencer a la temible Hidra de Lerna. Su principal característica era que al cortarle una cabeza le salían otras dos.
Cuando Hércules llegó a la laguna de Lerna, disparó sus flechas para obligarla a salir del agua. Cuando esta salió del agua, Hércules le aplastó la cabeza con una maza, pero por cada cabeza que Hércules cortaba a esta le salían otras dos. Como la lucha se volvía interminable Hércules tuvo una idea . Fue quemando las cabezas una por una, impidiendo que se desarrollaran.
Cuando a la hidra le quedó solo una cabeza, Hércules la seccionó y luego la cortó en muchos pedazos que enterró posteriormente.
Imagen: Frank Fox - http://www.mikro-foto.de CC BY-SA 3.0

Pavo real
El pavo real era en la mitología el ave sagrada de la diosa Hera, la mayor divinidad femenina del Olimpo y esposa de Zeus.
El mito griego relacionado a este animal es el mito de Argos. Habla de todas las infidelidades que Hera tenía que soportar por parte de Zeus hacia ella. Una de estas veces, Zeus se enamoró de Ío, una doncella sacerdotisa de Hera. Después de que esta última los descubriese juntos, llena de celos, Zeus convirtió a Ío en una ternera blanca para no ser descubierta. Por su parte, Hera encarga a Argos, un gigante de cien ojos, que la vigile por si se vuelve a transformar en humana. Al mismo tiempo, Zeus encomienda a Hermes la misión de rescatar a Ío, encargo que termina tras adormecer a Argos con su flauta y decapitarlo.
Hera conmemoró a su fiel guardián Argos colocando sus cien ojos en las plumas del pavo real.

Ruiseñor
Gracias al mito griego comprendemos por qué su canto es melancólico y nostálgico.
Este mito cuenta la trágica historia de Procne y Filomela. Procne y Tereo tuvieron un hijo llamado Itis y vivían en paz, pero Procne sentía nostalgia por su hermana Filomela. Así que convenció a Tereo para que le permitiese verla de nuevo. Este accedió, pero la hermosura de Filomela desató la pasión de Tereo nada más verla. La violó, y para que Procne nunca se enterara le cortó la lengua y la encerró en una solitaria prisión. Luego le contó a Procne que su hermana había muerto.
Filomela entonces decidió vengarse de Tereo y tejió un lienzo con su triste historia. Cuando lo acabó, hizo llegar su obra a su hermana. Así Procne se enteró de que su esposo la había engañado y su hermana todavía vivía. Procne fue a la prisión de Filomela y la rescató.
Viendo el parecido de su hijo Itis con el culpable de su desgracia, Procne le dio muerte. Entre ambas hermanas despedazaron el cadáver de Itis y lo cocinaron para Tereo. Él comió sin advertir nada, hasta que, cuando terminó, reclamó la presencia de su hijo. Fue entonces cuando Procne exclamó que se estaba comiendo a su propio hijo. Tereo las persiguió, pero Zeus intervino y decidió transformar a los tres en aves: a Tereo, en la abubilla, semejante a un guerrero con penacho y agudo pico; a ellas, en aves más pequeñas: a Filomela en ruiseñor y a Procne en golondrina.

Serpiente marina
La palabra herpeton en griego tiene el significado de especie de culebra marina, serpiente. Como serpiente marina se considera casi cualquier monstruo marino que sea largo y de forma serpentina, es decir, no necesariamente una serpiente. En la mitología griega, Ceto (Κητώ, Keto: pez grande) era un espantoso monstruo acuático femenino, hija de Gea y Ponto. Era la personificación de los peligros del mar, los terrores desconocidos y las criaturas extrañas. En el arte griego era representado como un pez con forma de serpiente. En el denominado ciclo del Perseo, este héroe mitológico derrota a Ceto antes de que devore a Andrómeda.

Urraca
En la mitología griega, las Piérides eran las hijas de Piero. Eran nueve jóvenes doncellas que se creían dotadas con un excepcional talento para la música, el canto y la poesía.
Estaban tan orgullosas de su virtud que decidieron atravesar parte de Grecia hasta llegar al monte Helicón para retar a las Musas y disputarles la supremacía en el canto. Las Musas aceptaron el reto.
Las Piérides comenzaron su canto celebrando con versos largos y monótonos el combate de Zeus y los Gigantes. Su canto les brotaba sin vida, sin color ni concordancia. La Musa Calíope fue la que se encargó de responderles y tejió en el acto un himno al poder infinito de los dioses y al dios de los dioses, Zeus.
Apenas hubo acabado el canto, las ninfas del Parnaso, actuando como jueces, otorgaron la victoria a las Musas. Las hijas de Piero prorrumpieron entonces en fuertes protestas agrediendo a sus rivales, pero al instante sus cuerpos se cubrieron de plumas negras y blancas y quedaron convertidas en urracas.